miércoles, 24 de septiembre de 2014

Mi felicitación a Gallardon.




No queda otra que quitarse el sombrero ante su dignidad, coherencia, y valentía señor Gallardon.
Es usted un perfecto ejemplo de POLITICO. Así, con mayúsculas. 

En este país donde conjugar el verbo dimitir es impensable, donde las mentiras que profesan las anchas bocas de los cargos públicos requieren de más tinta periodística que chapapote vertió el Prestige, donde incumplir y hacer todo lo contrario de lo prometido en campaña es un arte bienpagado, llega usted y dimite por dignidad, ante la imposibilidad de llevar a cabo una de sus promesas y cometidos.

Ojala todos los políticos tuviesen su misma dignidad. Es lo que pedimos muchos, hace mucho tiempo, y cada día con más fuerza. No habrá Pablo Iglesias que le pueda acusar de indigno, de casta, de privilegiado al que solo le importa el puestin y les perres.

No hay otra lectura posible si nos ajustamos a sus palabras, y a los sesudos análisis políticos que se vierten desde la oposición, colectivos de mujeres, femens de aborto es sagrado, o tertulianos televisivos y juntaletras de periódicos variados.

Lástima que yo no me lo crea. Me va a disculpar, pero no me creo en absoluto lo que me cuenta. Me suena a excusa barata, aprovechando esas cortinas de humo que pretenden desviar la atención de la crisis de este país/estado/nación/denaciones. 

La excusa del aborto le da una salida digna. No pudo/supo cumplir sus promesas. Vaya por dios…

Era usted Ministro de Justicia.

Justicia que ha dejado de ser universal gracias a usted, que impone tasas que alejan a la ciudadanía de recibir justicia enfrentándose a corporaciones, empresas incumplidoras, estafadores, banqueros, y un largo etc de basuras que son pan nuestro de cada día.

Justicia incapaz de afrontar la corrupción endémica que afecta cada centímetro de Institución pública, que corroe cada milímetro de su sede en Génova, de su Gobierno Corrupto.

Justicia que segrega por sexos, con leyes y juzgados diferentes dependiendo de lo que tengas entre las piernas.

Justicia dependiente de los poderes políticos, que ataca a los jueces que molestan, y realizan sentencias a medida de lo que requieren sus compañeros de partido y gobierno.

Justicia servil con los poderosos, e implacable con los desfavorecidos.

Era usted responsable de eso señor Gallardon, responsable de Leyes mordaza, de leyes a medida de Reyes abdicantes, de Bancos deshauciantes, o Leyes antireferendums…

Y por esto me alegro de que haya dimitido señor Gallardon. 

Vayase y dese tiempo para sus cosas y familia, y ya de paso eduque a sus hijos en la conducción responsable.

Yo no me creo lo del aborto, como he dicho. Puede que usted sí.

Concediéndole ese derecho, no puedo juzgarle como valiente, sino todo lo contrario. Es usted un COBARDE.
La sociedad civil no le hizo dimitir por su ley mordaza.

Los sindicatos no fueron a parar el endurecimiento de su doctrina de Ley contra los piquetes.

Las Plataformas anti-desahucios, no consiguieron que se aplique la Ley Europea que usted infringió.

Las huelgas de jueces y abogados, no le hicieron inmutarse.

Ni los casos de corrupción en su partido le tosieron… ¿o si?

¿Y me va decir que se ha dejado usted vencer por el lobby feminista? COBARDE.

Si es así, hay que felicitar a las Femen y darles la razón.

En este país el aborto es sagrado. La justicia en cambio, nos importa tres cojones.

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