lunes, 26 de septiembre de 2011

¡Y yo con la rop...!

En alguna parte escuche que a partir de los 30 años, nadie volvía a pensar por si mismo.
El pensamiento de alguna forma se asentaba, los discursos elaborados se transformaban en dogmas, y ante cualquier situación, la opinión se resumía en una breve frase sustentada sobre la experiencia.

Ni que decir tiene que eso era verdad hasta mis treinta años.
Mis mayores, principalmente amigos cercanos, eran muestra de ello.

Que decir de padres, abuelos, y otras generaciones lejanas, que ejecutaban sentencias sin admitir la mínima apelación del joven discurso de aquel que no había acatado la resignación como forma de vida.

Ni que decir tiene que eso es mentira… a mis 33 años.
No es que mi pensamiento se haya asentado, es que directamente ha dejado de existir.

¡Yeloquehay!

O todo suena a lo mismo, o directamente no te importa una mierda así que…te resignas… bufff…. Enfins… bueno… si es que yo… no se, puede ser, pero casi a mi me da igual, total pa que, casi vale más, pero bueno tampoco pasa nada por un poco más o un poco menos, por que al final es más de lo mismo ya sabes, lo mires por donde lo mires la cosa esta clara, o no, que más da, si por mucho que te pongas esto no hay dios que…

A los 30 años tienes cosas más importantes en la cabeza. Ya no estas para gilipolleces.

Así que si… al fin has conseguido sentarte a tomar una birra con unos colegas, de esos de 30 años, que tampoco están para gilipolleces, y con los que llevas un rato matando el rato, resolviendo el mundo sin profundizar en nada, por que para que… si al final es siempre lo mismo y por mucho que te pongas no hay dios que, y tu tienes cosas más importantes en las que pensar… pero… ¿pero cuales?

Algo empieza a surgir…
Tú rebuscas en tu cabeza… pero no…
Se empecina… sigue adelante… pero no…

Hasta que por fin… Se hace la consciencia, y te das cuenta de que esas pequeñas cosas que golpeaban tu cabeza, no eran más que gotas… empezo siendo una y ahora esta lloviendo…


¡Y yo con la ropa en el tendal!

Ahí lo tienes salao… esa es la puta clave.

¿Tu, tu con, tu donde, tu que, y tu por que?

¿Tu…? que has hecho el camino, superado la infancia, quemado la adolescencia reventando el yugo paterno-filial mientras clamabas independencia… Tu… ese tu del que sentirte orgulloso, en algún punto de su vida consiguió un puto tendal…

¿Tu con…? Tu contigo, tu con/por alguien, tu por tus o tu por ti… pero tu al fin y al cabo, y la casa con tendal…

¿Tu donde…? Lejos. Demasiado lejos de ese tendal.

¿Tu que…? ¿Yo? A buenas horas. Ahora ya…

¿Tu por que…?

Tu por que si… por que lo has intentado, por que lo has conseguido, por que lo has asumido, y con tus huevos por delante, has recogido la ropa, puesto la lavadora, y pinza en mano, te has doblado sobre el precipicio jugándote la vida por colgar unos calzoncillos…

Y con el trabajo bien hecho, el orgullo merecido y una vida por delante más allá del tendal, te alejas.

Y llueve sobre ti.

Está bien hecho. Hay cosas que no se pueden controlar.