miércoles, 4 de mayo de 2011

Jódete tú

Conozco a un tipo que sólo se lo pasa realmente bien cuando otros lo pasan mal. No es que sea un sádico, no es eso, sino que para disfrutar de algo necesita mostrarlo a los demás en comparación con lo que éstos poseen en ese momento.

Desconozco cuál es el término que define esta enfermedad. Los ejemplos son múltiples: a la hora de comer, enviar a su entorno o más bien a quien desea joder, una foto del espectacular manjar que el zagal se dispone a zampar; o estar de vacaciones y llamar a quien está trabajando para describir lo relajado que se encuentra.

La cúspide de este comportamiento se da en el entorno futbolísitico. No es tan placentero que el equipo gane gane sino que el rival pierda. Y observo que es un rasgo generalizado entre la medianía íbera, esa casada con un bicho e hipotecada hasta las trancas que a la mínima te solmena "a ver cuándo asientas la cabeza y compras piso".

Empiezo a temer que ésto sea un rasgo distintivo español. De esta forma y trasladando este carácter a las relaciones empresario-trabajador, no es extraño que cada uno sólo defienda, desde su ridícula parcela, únicamente lo que le atañe directamente, echando por tierra y muchas veces vituperando directamente el trabajo de colectivos más o menos hábiles o afortunados que pretenden, aunque sólo sea en teoría, mejoras para todos los trabajadores por igual.

Lo malo es que el empresario sabe de este parecer. De esa forma lo único que tiene que hacer para que un individuo o grupo crea mejorar es joder a otro cercano. Así, por mera comparación y desde el resquicio de un aspecto infame de la personalidad humana, la persona o colectivo no jodido se cree victorioso.

La putada es no tener hacia dónde echar a correr.

1 comentario:

  1. La demonización del colectivismo en favor de un mayor individualismo escudado en "el libre pensamiento", "la libertad", "iguladad de oportunidades" y demás falacias se encuentra en un punto álgido. Lo malo de esto es que sólo los poderosos son los que se benefician de ello pero el currante se cree que actuando de esta forma va a salir beneficiado: ya lo vemos.

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