viernes, 10 de diciembre de 2010

Controladores malos, malos

Flipando me hallo con el trato al que se está sometiendo en los medios a los controladores aéreos. ¿Ganan una pasta? Sí ¿Se aprovechan de su situación? Sí. Partiendo de estas premisas, vamos a ver que es lo que está ocurriendo.
Ahora a los controladores aéreos se les llama “privilegiados”, calificativo que por otra parte también se les está aplicando a los funcionarios. Funcionarios así, en general, da igual si es un tío que se toca la polla en un despacho de un ministeriucho, un agente del SEPRONA, un bombero, un celador o un bedel de instituto. Los mantras son: “los funcionarios son unos privilegiados”, “los funcionarios ganan una pasta”, “los funcionarios son unos vagos que se tocan los cojones a dos manos”. ¿Qué significa ésto? Bien, partamos de lo que dice nuestra querida, inquebrantable, perfecta y sin pecado concebida constitución:

Artículo 35.
1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.

Con lo cual, los funcionarios no están haciendo otra cosa más que ejercer su derecho, así que la gente carga contra ellos porque a los funcionarios se les garantiza el artículo 35.1, mientras que a los demás, no. Llegamos entonces a la clásica envidia, patrimonio nacional del Reino de Hispanistán, es decir, si yo no lo tengo y tú sí, es que eres un privilegiado, quiero que te jodas y te rebajen a la misma situación en la que estoy yo. Nada de luchar para que se garantice mi derecho, no, no, lo que hay que hacer es protestar para que te lo quiten a ti.

Desde hace un tiempo, cada vez que se hace una huelga en condiciones ésta lleva siempre asociado el calificativo de salvaje en todos los “mass-media”, esto es, influir desde una postura ¿interesada? la opinión pública para posicionarse en contra de los huelguistas sin ni siquiera conocer sus condiciones ni lo que piden. Y lo consiguen. Vaya si lo consiguen. Personas que jamás se han subido en un avión ponen el grito en el cielo porque unos cuantos no se hayan podido ir de vacaciones. Pero no he oído a nadie indignado porque hayan quitado los 426 euros de ayuda del estado, pero claro, es que “hay que hacer los deberes”. Que asco me da esa expresión. Cuando íbamos a la escuela nos mandaban trabajo para casa para entregar al día siguiente. Eso eran los deberes. Un alumno está aprendiendo y tiene que rendir cuentas a su mentor. ¿Os dais cuenta? Ahora un gobierno tiene que rendir cuentas a “los mercados”, que no son otra cosa más que chantajistas con forma de grandes empresas de fondos de inversión que únicamente buscan su propio lucro a costa de hundir a millones de personas e hipotecar estados. Aquí os dejo un estupendo artículo de Julio Anguita al respecto.

Pero da igual: los controladores son muy malos. Ayer me puse del hígado escuchando la típica tertulia monofónica de la SER (antes me gustaba esta cadena, ahora es como Intereconomía pero del pesoe) donde una hija de puta demagoga, que no sé ni quién cojones era, comparó el abandono de su puesto de trabajo con un cirujano que en medio de una operación a vida o muerte deja el bisturí y se va. Sí, sí. Lo mismito, vamos.

Pero claro, los controladores son muy malos. El otro día el soplapollas de Aznar soltó que “hay que acabar con el estado de derecho, que la gente quiere vivir mucho, trabajar poco y ganar mucho”. Así. Con dos cojones. Y no se puso ni colorao, hoyga. Para empezar habría que acabar con su puto estado de derecho, cobrando su paga de expresidente, su sueldo de Rupert, su sueldo de no sé qué y de no sé qué más. Payaso.

Pero como los controladores son muy malos y desayunan tres bebés todos los días (como los comunistas) y son culpables de la muerte de la madre de Bambi, no nos acordamos de que Leire Pajín cobra más de 20000 euros al mes, Cospedal más de 200000 al año y miles de asesores, consejeros, alcaldes, concejales, etc, etc cobran más del doble que el presidente del gobierno.

Pero los controladores son muy malos, y entonces hay que meter al ejército de por medio. Así, en la próxima huelga de metro, meteremos a los militares a conducir los trenes. Y cuando haya una huelga de camioneros, irán los militares a conducir los camiones. Y cuando los mineros se pongan en huelga, irán a sacar carbón los militares. Entonces estaremos tan agradecidos a nuestros militares por dejarnos ejercer nuestro derecho a que nos esclavicen por un cuenco de arroz que pediremos que nos gobiernen. Bueno, quizás de esa forma manden a tomar por culo a “los mercados”.

1 comentario:

  1. Privilegio, privilegio, privilegio, privilegio, privilegio, privilegio, privilegio, privilegio, privilegio, privilegio, privilegio, privilegio, privilegio... y así hasta que consigan que consideremos el trabajo como un privilegio.

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