viernes, 24 de septiembre de 2010

Divide y vencerás

El día 29, el día de la huelga, el 29S, el día de la polla.

Ese día no voy a acudir a mi puesto de trabajo. No me extenderé en ninguna explicación ni justificación del porqué de mi acto, sólo expongo el hecho.
Me levantaré por la mañana y miraré en mi espejo la cara de cipote que portaré durante todo el día por secundar una movilización maldita, maldita por el cuarto poder, maldita por los trabajadores, maldita por la conciencia colectiva, ¡viva la aliteración!

Estoy hasta la polla de escuchar la opinión plana mayoritaria de quienes dicen que es una huelga política, que es un gesto tardío o que es una jornada que autojustifica y retroalimenta la posición adquirida por los sindicatos mayoritarios; que sí, que son una puta mafia y que llegan tarde, mal y nunca, y que nadie cree en su utilidad y toda la mierda que guste al lector reproducir según los cánones del periodismo general, de la opinión colectiva, de la matriz neuronal.

Otros, los que el día de la huelga acudan a su puesto de trabajo, podrán disfrutar del mismo modo en cada espejo que se encuentren de su cara de capullo. Se justificarán en la clásica diferencia, enarbolarán la bandera que los distingue de los “borregos” que secundamos la huelga como ovejas sin darse cuenta de su propia circunstancia, la de la cabeza agachada, la del acatamiento de la rutina, la del cordero amaestrado, la de sus pesetas en el bolsillo –que sí, que la cosa está muy mal, que me cago en dios, que ya, que sí-, esas con las que pagamos nuestra comodidad y nuestros caprichos (Soziedad Alkoholika, 1991).

Así, todo está escrito, todo es justificable. Hagamos lo que hagamos no saldremos del redil. Y además somos conscientes de ello: ¡Eh, guarro, todo controlado, no hay revolución! (La Polla Records, 1984). Divididos y acotados, jamás sacaremos los pies del tiesto.

Desconozco sus explícitos nombres, no sé de forma exacta a quien señalar, pero intuyo sin apenas esfuerzo y de forma natural quiénes serán los vencedores de la jornada del rabo, me los imagino en sus secretas poltronas riéndose como culebras, amasando ego y fortuna. Y como yo, todo el mundo lo intuye.

Feliz día de la polla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario