Cómo viajar en el tiempo

Iniesta es jugador del F.C. Barcelona.
Oviedo tiene una población creciente de ecuatorianos.

Dejo claro que no emito opinión sobre los catalanes. No los odio ni los amo, de la misma forma que no detesto ni quiero la madera de castaño.
Dejo claro que no emito opinión sobre los ecuatorianos. No los odio ni los amo porque tampoco aborrezco ni adoro a Tetis, satélite de Saturno.

En paz con el Mundo, tomando el café al lado de un compañero -nótese que en ocasiones estar "al lado" no es estar "con"- y leyendo la contraportada del Mundo Deportivo que habla de la calidad del juego de Iniesta y de la falta de reconocimiento general del mismo va mi compañero, echa un simpre vistazo a lo que yo estoy leyendo y suelta: "buaf, otro catalufo de mierda".
Apuro mi consumición y echo una mirada a lo que él está leyendo: es una noticia que habla sobre el Día de América en Asturias -una especie de desfile homenaje a indiamos que se hace anualmente en Oviedo-, que este año estará dedicado a "los nuevos ovetenses". Va mi compañero y suelta: "buaf, lo que faltaba, darles alas a los ecuatas de mierda, pa que vengan en oleadas".

Automáticamente y sin mi permiso el cerebro me pincha la imagen de perfil del coronel Kurtz pasándose la palma de la mano por la calva aliterando con congoja y casi sin voluntad "el horror, el horror, el horror, ...".

Pues así, escuchando la propia esencia justo en ese lapso de tiempo donde la realidad te abofetea y la mente abre su imaginaria fosa nasal y se mete un tiro de cocaína de setenta gramos del viaje, se viaja en el tiempo.

Nada que contar

Pues eso, me acabo de fijar en que llevo más de un mes sin poner nada por aquí. Realmente no me apetece escribir a pesar de que la inflamación genital está en máximos históricos aún estando de vacaciones.