jueves, 4 de diciembre de 2008

Abogados, me cago en vuestra puta madre

Puntualizo: me refiero a los abogados del diablo.

Todos hemos sufrido alguna vez -y me temo que también practicado- las artes de un abogado de este tipo. Se trata de quienes ante una opinión asumen el papel de defensor de la parte opuesta y te llevan la contraria en la posición que acabas de asumir por emitir la citada opinión.

Entendiendo que son necesarios para contrastar asuntos, comprendiendo ese atractivo lado oscuro inducido por la mala hostia que cualquier otra faceta de la vida les produce y que les lleva a abofetearte argumentalmente y confesando arrepentido haber asumido este papel alguna vez -arrastrado por una hinchazón de huevos absolutamente ajena al momento-, exhorto a los amantes de esta cómoda posición constrictora a que la próxima vez que se vean tentados a joder al prójimo con su mal hacer opten de inmediato por acudir al retrete público más cercano y pasar la lengua por el urinario masculino empezando por el grifo oxidado, bajando lamiendo bien todo, todo, todo por dentro llevándose pelos y filtros de tabaco y todo hasta el saliente inferior que incito a trabajar especialmente metiéndolo entero en la boca para saborearlo hasta el hartazgo.

2 comentarios:

  1. Si estafas, estafas mindone teclista. Que os de por el culo dicamos

    :-)

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  2. Joder, que grande yes, no me cansaré de decirlo XD

    Lacatus, ¿puedes desencriptar el comentario?

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