miércoles, 26 de enero de 2011

Chs, chs, que viene, que viene

El problema es que estoy condicionado.

Empieza y ya lo veo venir.

Pienso, me despisto, pierdo la conexión con el narrador y cuantas más palabras escucho más resuena mi cabeza el tic tac de la temible cuenta atrás.

No es mala leche, me sale natural, pero es que, joder, me pasa siempre.

Pues eso, que como tengo una risa difícil y por ende muy vinculada a la improvisación, a la sorpresa, a la ausencia de condición como premisa, pido por favor que NO ME CONTÉIS UN CHISTE, ya que sólo con saber que al final tengo que reirme se me capa la risa y no me sale, o sea, que no me hace gracia.

Como cuando entras a un váter con urinarios en batería a mear y de momento te encuentras solo, sacas la polla y justo cuando vas a soltar el chorro entra alguien y, por unos segundos, te despistas y tardas un ratillo en orinar, como pendiente de algo. Esos -apenas- segundos, conviértelos en TODA LA DURACIÓN DEL PUTO CHISTE y comprenderás mi sufrimiento.

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