jueves, 13 de enero de 2011

Bohemios

Hasta los cojones estoy de vosotros, pues. No me refiero a los de verdad, los que curran y callan, los que andan atravesados por teatros intentando transmitir sus sentimientos a cambio de dinero, esos que se pasan años sin aparecer en los medios.

Hablo de los bardemes, alexes de las iglesias, patakis, penélopes, paces vegas o bandérases. Tenéis montado un tingladillo muy bohemio, con toda vuestra parafernalia de ser seres a flor de piel. Habláis como con la miradilla perdida, un tanto idos, con esa pose estudiada de estar en las nubes como si acabaseis de venir de la escuela de Aristóteles: penetrados y adoctrinados. Muy agusto, oyes, con la mente llena de semen y el culo repleto de ideas.

Pues me dais puto asco. Os veo venir a la legua. No tenéis una mierda de talento. Y sois vosotros mismos los que os tiráis caca por encima hablando, pedazo de gilipollas, de vuestras relaciones con el star system que gustáis frecuentar, enterrando de un carpetazo una tradición interpretativa descomunal como la que llevan a sus espaldas los Sazatornil, Rabal, Landa, Ferrandis y un larguísimo etcétera de actores descomunales españoles a la que, a veces, gustáis citar sólo cuando os preguntan y ahí sí, ahí ponéis la mirada perdida pero esta vez ya no por bohemios sino por no tener ni puta idea de quiénes son esos actores.

Aparte. Estáis empeñados en cuadrar el círculo con el puto cine español. Que si necesita subvención, que si la gente debe ir más al cine, que si se deben emitir más películas españolas …, todo desde la perspectiva comparativa, es decir, enfrentando la industria cinematográfica española con la norteamericana, lo cual es de imbécil redomado, y os digo por qué.

Porque lo suyo es una industria, porque producen en serie, porque su tradición es centenaria, porque hacen buscando productividad, porque tienen al mundo adoctrinado, porque hacen películas que no son jamón de pata negra sino harina de trigo para que todos lo consumamos de forma masiva como idiotas. Y, claro, ganan dinero.

Lejos de desear lo mismo para el cine español, confieso que no existe solución. Hay auténticas obras de arte en nuestro cine que han pasado a la historia sin pena ni gloria, y muchas veces sin generar un duro de beneficio. Y me da igual porque creo que todo lo bueno ya está hecho. Así, vuestro futuro me la suda. ¿No lo habíais pensado? Tal vez vuestro supuesto arte sea improductivo económicamente, y no me alegro, todo lo contrario, me entristece; lo que da por el culo es que tratéis de ser rentables por cojones y aun peor, que tratéis de ser artistas por huevos, cuando lo cierto es que ni lo uno ni lo otro.

Haced memoria y recordad cuantos artistas consagrados de múltiples disciplinas murieron indigentes, desahuciados o sin reconocimiento alguno… Y vosotros no sois ni la mierda que ellos cagaban.

A ver si habéis visto al mismísimo Alfredo Landa contando, alguna vez, anecdotitas del pijo de “cuando J. Depp rozó mi codo”, “cené en el mismo restaurante que S. Stallone, y creo que incluso me miró” o “compro barritas saciantes en el mimo supermarket que uno de los doscientos criados de G. Lucas”.

LAMECULOS.

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