viernes, 1 de febrero de 2008

Al loro con el no al canon

Últimamente leo mucho por ahí sobre el canon de marras con el que van a gravar discos duros, reproductores de mp3, pendrives, teléfonos móviles y básicamente todo tipo de soporte digital que pueda almacenar y/o reproducir música o cualquier otro contenido con derechos de autor.

A mí me parece cojonudo que quiten el canon y cualquier otra cosa que me quite de soltar pasta por lo que sea, pero aquí entramos en otro peligro. En España existe el derecho a copia privada, es decir que te compras una peli o un cd y puedes ripearlo para escucharlo en el reproductor portátilo o ver la peli en el ordenador cuando vas de viaje, y además, si no existe ánimo de lucro, te puedas bajar de internet lo que te dé la gana. Esto está realmente bien ¿no os parece? Desde mi punto de vista creo que la desaparición del canon implicaría medidas mucho peores como por ejemplo las que existen en Estados Unidos donde si te compras un CD no lo puedes ripear para escucharlo en el reproductor portátil y además está penado con unas multas desproporcionadas de miles de dólares. El otro día leí en 20 Minutos que están estudiando una ley con la que pueden llegar a multarte hasta con 150.000 dólares por canción ripeada. Vamos, de locos.

Como dije muchas veces, a mí me gusta tener los discos originales y no puedo comprar todos los que quiero. Antes grababa los de los colegas en cinta, después en cd y ahora me los bajo de internet, y cuando puedo y no es a un precio escandaloso los compro nuevos o de segunda mano, pero vamos, que después me dejen hacer copias en el disco duro, en el ipod, en otro cd o copiar a mano los ceros y unos en una libreta si me sale de los cojones. Sinceramente, prefiero pagar 20 euros más por el disco duro a que me quiten ese derecho, que tampoco ando comprando discos duros todas las semanas. Vale que es indiscriminado y que vas a pagar lo uses o no para portar contenidos con derechos de autor. A quienes más se supone que afecta es a empresas del sector tecnológico y después a cualquier empresa que tenga un ordenador que no use para ocio, pero casualmente quienes más vociferan contra el canon suele ser gente que en la puta vida entró en una tienda de discos o en un videoclub.

Por otra parte están las comodidades de los músicos que salen en la tele y la pasta que ganan por cosas que hicieron hace años y años. ¿Os imagináis que un arquitecto cobre por hacer un edificio, cobre después por cada vivienda vendida de ese edificio y luego por cada persona que entre en él? Menos llorar, famosetes, que las entradas de los conciertos subieron una barbaridad en los últimos años. Pero bueno, esto es otra historia y bastante compleja dado que las discográficas tienen mucho que ver en los derechos de autor.