viernes, 1 de agosto de 2008

Niñato. Día 1

El título seguro que os hace pensar en muchas cosas, o en ninguna. El otro día leí en la edición en papel de El País una estupidez que decía "me cago en mis viejos". Lo primero que pensé fue "gilipollas". Bien el tal "me cago en mis viejos" es una serie de 31 ¿artículos? que supuestamente está escribiendo un niñato de esos "rebeldes" (¿debería poner más comillas?) poniendo a parir a sus padres porque no le dejan hacer lo que le da la gana a su madura edad de 18 años. Aunque parto del hecho de que es mentira y no hay ningún niñato detrás de la serie de artículos, sino algún redactor aburrido por el verano, a mí se me ocurrió cada día escribir un "contraartículo" en mi querida gaviota, al menos hasta que me canse, que será el segundo o el tercer día, ya me conocéis, y sin extenderme tampoco gran cosa, que no me sobra el tiempo. Empecemos.

El artículo 1 del niñato

Bien, repetiste segundo y "te suspendieron" la selectividad. Buen comienzo. Tienes todo el día para estudiar esta mierda de bachillerato de la LOGSE que hasta un mono adiestrado podría aprobar con cierto esfuerzo, con lo cual no te suspendieron, ni las asignaturas de segundo ni la selectividad, lo suspendiste todo tú solito, bien porque eres un subprimate, bien porque te estuviste tocando los cojones todo el curso y lloraste a los profesores a final para que te aprobaran.

Dices que odias ese pueblo y te querías quedar solo en Madrid. Bien, muy fácil: búscate un curro y págate un piso, así podrás estar solo todo el tiempo que te dé la gana, o si prefieres que papá y mamá te sigan pagando el hotel y te conformas con un par de semanas al año, te buscas un curro y te lo gastas en unas vacaciones. Pero claro, lo que hay que hacer es tocarse los cojones, no dar palo al agua y esperar que como premio te paguen unas vacaciones donde a tí te dé la gana. Y por supuesto, el padre del risas va a reír el último, aunque lo que debería de haber hecho al oírte cagarte en tus viejos sería echarte a la puta calle. Tienes una suerte que no te la mereces.

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