miércoles, 4 de mayo de 2005

Pirateria, Derechos y Utopías

Y de repente surgió una utopía... la mayor discoteca del mundo al alcance de tus oídos, y no solo eso... todo gratis... ¡barra libre de música! gritamos... Napster un pequeño programa nos permitía conectarnos y adquirir toda aquella música que considerásemos adecuada a nuestros intereses mediante el contacto con otros usuarios.

Simplemente una idea genial que convertía un bien cultural en un derecho y lo que es mejor, no uno de esos importantísimos derechos que estaban plasmados en papel para que todos pudiésemos incumplirlos (véase la Constitución Española o la Declaración de Derechos humanos), sino un derecho que aplicábamos día a día y cuya única barrera eran tus posibilidades de acceso a la red (que en muchos casos no es poca cosa).

La utopía convertida en realidad resultante de tener al alcance de tus oídos tan variada riqueza musical que afortunadamente han otorgado al mundo todas las civilizaciones que en el han habitado, no podía dejar de tener enemigos... aquellos cuya riqueza consiste en amasar ingentes cantidades de dinero a costa de la esclavitud de la música y de los músicos. A costa de expoliar el dinero de los amantes de aquello que un mundo hostil nos otorgo sin producir ningún daño a cambio. Estos enemigos de la cultura, estas multinacionales monopolizantes de este bien, no estaban ni están, ni estarán dispuestas a perder ni un solo ápice del pastel que tan dulce les resulta, procediendo a iniciar una guerra abierta contra los posibilitadores del intercambio (Napster, Audiogallaxy) y todos aquellos que entendemos la música como cultura, la cultura como riqueza intelectual, y la riqueza intelectual como vacuna contra la ignorancia y otras pestes que asolan el mundo como el fascismo, el monopolio, o la explotación...

La guerra esta abierta y queremos ganarla, el conflicto ha estallado y los frentes están definidos...

El argumento de las discográficas se escuda en los derechos de los autores. Que mejor forma para combatir un derecho que esgrimir otro y así de paso escurrir el bulto de sus verdaderas intenciones...

Pero en esta guerra los usuarios tenemos el poder de la información y los medios para ejercerlo, posibilitándonos la capacidad de hacer llegar a la gente las verdaderas intenciones de estos individuos...

Las multinacionales pueden intuir el final de su mandato e incluso pueden atisbar su extinción... El cambio al que se enfrentan es tan temible como terrible para sus intereses y tratan de desplegar todas sus armas en un claro ejemplo de huida hacia adelante... Saben que tienen enfrente a un ejército al menos equiparable en poder... Sus sistemas anticopia han resultado un fracaso y sus retos a los hackers del mundo no han hecho mas que propiciar la caída del gigante con una simple onda...

En sus primeras batallas han conseguido derribar Napster y Audiogallaxy... Más podemos asegurar con total rotundidad que no han conseguido más que ganar unas pocas batallas ante un ejército mutante capaz de regenerarse constantemente... Undernet, Emule, Kazaa, los sistemas de intercambio de archivos de los chats, o los mismos mails siguen sirviendo de fuente de intercambio de los archivos musicales, y mucho habrán de cambiar las cosas para que las industrias discográficas puedan impedir esto.

Un handicap al que nos enfrentamos los usuarios en esta lucha, es la estandarización de formatos. El mp3 ha nacido hace 12 años, lo que en términos de Internet supone pertenecer a la prehistoria... A lo largo de estos años han surgido formatos de compresión que duplican la calidad del sonido y dividen por dos el tamaño de las canciones, han recibido múltiples nombres, mp4, mp5, mp3-pro etc. sin embargo surge esa incapacidad para generalizar estos formatos que son una autentica herramienta de guerra contra estas multinacionales. Ahora enviar canciones a un mail es algo muy poco habitual y en muchas ocasiones poco recomendable, pero ¿y si fuera de uso común? ¿Tendrían estas multinacionales la valentía de quebrantar el derecho a la inviolabilidad de correo? (aunque redes como Echelon ya lo hagan y nadie haga nada). ¿Que derecho prevalecería en este enfrentamiento? A mi juicio hemos de encontrar la fórmula para superar este inconveniente.

Para ello se me ocurre el ejemplo de el Estado Danés que promovió el cambio de todas las bombillas del país en periodo de dos semanas, por bombillas de bajo consumo consiguiendo una gran disminución del consumo de energía con el beneficio ecológico que ello conlleva, enfrentándose a las multinacionales eléctricas (un gran ejemplo a seguir a mi juicio). Sin embargo Internet no cuenta (afortunadamente en la mayoría de los casos) con un ente superior capaz de informar y conducir a sus millones de usuarios hacia el uso de mejores herramientas. Este es un interrogante que he de dejar abierto.

A mi juicio servicios como la información, la formación, la cultura sea cual sea su formato, o cualquier otro servicio de los que actualmente se ofertan en la red, democratizan y capacitan a la sociedad para desarrollarse al margen de los intereses de grupos políticos y económicos. Estos grupos coartan bajo sus intereses el derecho de esta sociedad humana a desarrollarse y evolucionar libremente, paralizan o ralentizan los avances que nos permitirían desarrollar una sociedad más justa.

Otro mundo es posible, es el lema de los mal llamados antiglobalizadores; yo me adhiero a esa filosofía, la supeditación de los avances ya sean sociales, científicos o cualesquiera otros a los intereses del capital, conlleva inevitablemente la persistencia de las diferencias entre clases. Un clasicismo en el que los que tienen los recursos económicos, se benefician de estos avances, mientras que los que carecen de ellos sufren las consecuencias (véase el ejemplo de los tratamientos contra el Sida).

Así pues Internet supone la universalización de los recursos, supone una oportunidad para el desarrollo de una sociedad diferente, más libre y justa. Internet es una herramienta por y para el desarrollo humano que nos permite vislumbrar un futuro más democrático, generando un desarrollo que inevitablemente habría de estar siempre por encima de los intereses de las multinacionales... Desde cualquier perspectiva resulta sencillo apreciar como las multinacionales y poderes políticos se erigen como los grandes enemigos de la humanidad en la mayoría de los casos, acumulando recursos, ralentizando la integración de las mejoras, impidiendo las reformas que la sociedad exige, a fin de vendernos lo que es nuestro al mejor postor...

Por lo tanto rebajar o eliminar su poder es una de las escasas vacunas para ello... Internet es una herramienta, una jeringuilla que nos permite inocular poco a poco el virus que destruya su sistema inmunológico...

La industria musical sirve como ilustración de esta batalla de la sociedad contra el poder económico establecido, lastimosamente Internet es un instrumento preciso de intercambio de información o archivos digitabilizables, como la música o las imágenes, pero no es capaz de proporcionar alimentos o sanar (si es capaz sin embargo de convertir el genoma humano en patrimonio de la humanidad) , así pues varios frentes de batalla se han abierto, pero en los más importantes la humanidad esta siendo claramente derrotada, si bien esto no constituye ninguna novedad ya que siempre ha sido así.

Concluiré ya con una línea de argumentación que suelo utilizar bastante.

El Estado nunca regala nada, siempre va a remolque de las demandas de la sociedad.
Derechos como la dignidad del trabajo o la igualdad de las razas, aun lejos de ser conseguidos, han visto como para la construcción de sus cimientos, se ha derramado la sangre de aquellos que los han defendido, se ha sufrido la represión, las cárceles o los campos de concentración.

Aun quedan derechos por los que luchar.